
El efecto umbral
Estás cómodamente frente a tu ordenador. Jugando, estrimenado (¿Se escribirá así?) y te entra un poco de apetito.
Recuerdas que en el frigorífico tienes un buen sándwich de atún y sin pensarlo dos veces, corres al sarcófago de los snacks en un momento de break del directo.
Llegas a la nevera, abres la puerta y…
¿A qué había venido yo aquí?

No nos estamos volviendo loquis… Esto se conoce como el efecto puerta o efecto umbral y le pasa a todo el mundo.
Por no hacerlo demasiado técnico, largo y aburrido, vamos a simplificarlo al máximo.
Estamos en un entorno o escenario. Nuestro cerebro tiene controlado todo lo que sucede en él y asocia las cosas que estamos pensando con los estímulos que produce ese entorno.
En este escenario, generamos una idea, un plan de acción que se va a ejecutar en otra estancia, por ejemplo «voy a por un vaso de agua».
Nos dirigimos a esa otra estancia, en este caso la cocina y al cruzar el umbral de la puerta sucede algo extraño a la par que divertido.
Nos olvidamos del vaso de agua. Probablemente también nos olvidemos de otras muchas ideas generadas en la otra habitación, pero como la del vaso de agua era la que queríamos mantener en la cocina, es la que nos llama la atención.
Al cruzar la puerta de la cocina nuestro cerebro a visto una buena cantidad de información nueva y tiene que procesarla en tiempo récord para que podamos sobrevivir en ese nuevo entorno.
(Si, nuestro cerebro es un poco dramático… todavía tiene el chip de supervivencia cavernícola activado)
¿Cómo conseguir esa rapidez y poder de procesamiento colosal?
Descartando toda la información anterior a esa estancia. Al fin y al cabo, ya no estamos allí. es irrelevante.
O al menos eso asume nuestro coco.
Es un fenómeno que se puede trabajar y mejorar a través de la concentración, de hecho, se da con mayor frecuencia cuando vamos sobrecargados de ideas, tareas y demás inputs que nos distraigan.
Así que si te pasa mucho, quizás deberías plantearte hacer un poco de meditación cada día.
Este tema tuvo su pequeño vídeo de un minuto y merece la pena navegar por los comentarios para ver los trucos que la gente diseña para vencer al efecto umbral.
El gran ganador de entre todos los trucos es volver a la estancia anterior y de esa manera, como por arte de magia, la información olvidada vuelve a nuestra cabeza.
¡El cerebro es un divertido misterio!

